Embasur: envasando los mejores sabores de Málaga
En el mundo de la alimentación la calidad del producto es fundamental, el contenido es clave y se le reconoce el valor que tiene. Sin embargo, (casi) tan importante como este es el continente, el envoltorio que hace la vida del consumidor más sencilla… ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar en lo cómodo de las bolsas abre-fácil? ¿Y los packs que encontramos en las fruterías con tres limones o tres manzanas, perfectas para personas que viven solas o para parejas?
Detrás de estos y otros packagings hay muchas cabezas pensantes que se esfuerzan por conocer las necesidades del consumidor, se acercan a las nuevas pautas de consumo de los usuarios y, en base a ello, crean embalajes y recipientes que le hacen la vida más fácil de manera silenciosa. Nadie parece darse cuenta de ello… Y no solo se piensa en la comodidad y eficiencia sino también en el diseño. La idea es enhebrar ‘vestidos a medida’ de los diferentes alimentos que podemos encontrar en cualquier supermercado del mundo.
De envolver los mejores sabores de Málaga sabe mucho Belén Fernández, gerente de Embasur, una empresa que lleva más de cuatro décadas dedicada a la fabricación y distribución de envases y embalajes en el sector agroalimentario. Su padre, fundador de la empresa, empezó vendiendo toldos para los olivos en 1973 y en poco tiempo fue ampliando su cartera de servicios. Bernardo Fernández añadió poco después los sacos para verduras, hortalizas… Su “curiosidad e imaginación”, nos explica Belén, “le llevaron a indagar sobre diferentes productos y otros tipos de embalaje que se pudieran comercializar” y es así como han llegado al siglo XXI como referente en su sector.
Irían llegando las bandejas, los recipientes de poliestireno expandido, las cajas y otras muchas propuestas que fueron marcando un antes y un después en lo que hoy llamamos packaging pero que por aquel entonces no conocía más nombre que ‘paquetería’ o ‘envoltorio’. Las grandes superficies comerciales y los supermercados se fueron interesando por las referencias que comercializaba Embasur. En paralelo, las compañías que se iniciaban en la aventura de la exportación también confiaban en una empresa que ha sabido adaptarse a las necesidades que presentaba el mercado.
Tienen la sede central en Vélez-Málaga, fabrican aquí y en una planta que tienen en Córdoba y almacenan en Vélez y en unas instalaciones que han acondicionado en Almería, dando empleo a 30 personas. El compromiso que han adquirido con el cliente pasa por garantizar la máxima calidad en los productos que venden. “Hemos ido creciendo según las necesidades que nos planteaban los usuarios, siempre con la meta de dar lo mejor al sector”, añade Fernández. Esto se ha materializado en un decidido afán por obtener la certificación BRC Packaging, con la que garantizan que “todas las referencias que tenemos en catálogo son aptas para estar en contacto con los alimentos. Ninguna otra empresa de embalajes de Andalucía la tiene”, explica Belén. Y también aplican otra reconocida metodología en este campo, la ‘Food Defense’.
El servicio de Embasur va más allá que la producción y distribución de estos paquetes y envoltorios. Cuando el cliente lo necesita se realizan diseños específicos para posicionarse en un determinado mercado. Trabajan tanto en el ámbito nacional como a nivel internacional. Si bien la mayoría de sus usuarios están en Andalucía, Extremadura, Murcia, Portugal y Marruecos, los bienes que estos exportan llegan a países de todo el mundo.
Para dar en la diana y entrar por los ojos del potencial comprador, la firma comandada por Belén Fernández viaja a ferias y encuentros sectoriales para conocer cuáles son las novedades en otros lugares. Es igualmente importante conocer las actuales tendencias de compra y consumo de las personas que han de pagar por estos alimentos y de esa investigación de campo han surgido los envases de 250 gramos, los packs específicos para alimentos ecológicos, los paquetes de verduras y hortalizas para consumo al instante, etc. “El objetivo es, al fin y al cabo, facilitarle la vida al consumidor final, que cada vez más tiende a incluir frutas en su dieta, comida precocinada fresca y ensaladas, por ejemplo”, apunta Belén.
Fruto de esta labor de I+D y de esa apuesta absoluta por la calidad de lo que venden podríamos decir que si el packaging es el ‘arte’ de vestir los alimentos… Embasur es el Chanel o Dior de un sector que entraña gran complejidad y esfuerzo materializado en unos embalajes y envoltorios que en muchas ocasiones decantan la compra de un lado o de otro.
Artículo publicado en: Agromagazine